A 40 años de "la noche de las corbatas". Por Mesa de DDHH PSol CABA

10/07/2017

corbatas

Por estos días se cumplen 40 años de una serie de jornadas oscuras que se conocen en nuestra historia como “la noche de las corbatas.” Sucedió entre el 6 y el 13 de julio de 1977 en la ciudad de Mar del Plata, bajo las garras del Ejército Argentino que actuó de forma ilegal como ocurría en tiempos de la dictadura cívico-militar. Por aquellos años, la represión en esa ciudad estaba a cargo del jefe de la Agrupación de Artillería de Defensa Aérea 601, coronel Alberto Pedro Barda, quien dirigió la serie de secuestros, torturas y desapariciones de once personas, entre ellas varios abogados comprometidos en la defensa de los derechos de los trabajadores, entre ellos, una mujer embarazada cuyo hijo o hija es aún buscado por las Abuelas.

La dictadura intervino decididamente en la disputa sobre la distribución del ingreso, y aquellos abogados trabajaban en defensa de los trabajadores y sus organizaciones. De esa forma, subvertían el orden cultural que la burguesía pretendía imponer. (Recordemos que Mar del Plata crecía económicamente como ciudad pesquera, y por eso intervinieron con semejante crueldad, para apagar cualquier posibilidad de que los trabajadores obtuvieran algún derecho por sobre las clases dominantes).

A modo de homenaje, queremos recordar los nombres de los detenidos-desaparecidos y sobrevivientes de aquellas largas noches: Norberto Centeno (abogado), asesinado. Salvador Manuel Arestín (abogado), desaparecido. Raúl Hugo Alaiz (abogado), desaparecido. Camilo Ricci (abogado), sobreviviente. Carlos A. Bozzi (abogado), sobreviviente. Tomás J. Fresneda (abogado), desaparecido. María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda (Embarazada de 4 meses), desaparecida. Néstor Enrique García Mantica, desaparecido. María Esther Vázquez de García, desaparecida. José Verde (ex secretario General de la Asociación Judicial Bonaerense Mar del Plata) y su esposa, sobrevivientes.

Por estos días, Argentina es gobernada por el poder económico cómplice de aquella dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976, que tiene como objetivo una alta transferencia de ingresos de los sectores populares a un pequeño grupo concentrado de la economía: quita de retenciones, baja de impuestos, flexibilización laboral. Y para avanzar es necesaria una embestida a los trabajadores tan feroz como se está viendo: despidos masivos para disciplinar, paritarias bajo amenaza para que el costo del precio del trabajo baje y así obtener una mejora de la tasa de ganancia del capital. Porque un ejército de desocupados, como decía Marx, presiona sobre los ocupados, a los efectos de que los ocupados acepten bajas de salarios, y por supuesto en todas las conquistas sociales, ya que necesitan conservar el trabajo.

También ahora como entonces, el gobierno argumenta contra quienes defienden trabajadores, calificando de “mafia” a jueces y abogados. La desocupación, la falta de trabajo, además de lo que implica del punto de vista de la justicia social para los hombres y mujeres involucrados, genera una verdadera desintegración social, ya que aquel trabajador que no encuentra empleo, queda en una situación de marginalidad, no solo porque no tiene ingresos, sino todo lo que implica psicológicamente, en su grupo familiar, generando una situación de desintegración.

Frente a esta situación de defensa de los derechos de los trabajadores, el gobierno nacional plantea un Estado represor como nunca se ha visto en democracia, utilizando prácticas de los años de la dictadura, como si todo volviera al comienzo de estas líneas, como un retorno a “la noche de las corbatas”.