Con la presencia de Victoria Montenegro Torres, nieta recuperada; Alex Freyre, Presidente del Archivo de la Memoria de la Diversidad Sexual, y Pablo Spinella, hijo de un militante desaparecido y compañero del Partido Solidario, se llevó a cabo el lunes 17 de marzo en el local del PSol de Balvanera una charla sobre "Memoria, Diversidad y Justicia", convocada por el PSol en Nuevo Encuentro de la Comuna 3.
En materia de diversidad, Alex Freyre recordó cómo transitó la definición de su identidad sexual. "Había un operativo de terror cultural hacia los menores de 18 años para que no seamos homosexuales y para cercenar la diversidad", remarcó Freyre al referirse a la década del noventa.
Victoria Montenegro Torres, por su parte, compartió algunos detalles íntimos del camino que recorrió hasta recuperar su verdadera identidad y recordó cuando su apropiador, Herman Tetzlaff, le contó la verdad: "Tenía 25 años cuando me contó que no era hija suya. Yo me entero después de que la justicia me da el ADN en el que se comprueba quiénes eran mis padres biológicos". "Me dijo que era una guerra, que ingresó a la casa. Me repetía que era una guerra y que había abatido a los subversivos, los enemigos, que eran mis padres. Me decía que lo había hecho por mí, que era lo mejor para mí. Me acuerdo que yo se lo agradecía, le decía: 'Papá, quedate tranquilo que no tengo dudas de que es así'", recordó.
"Pude incorporar a mis papás hace dos años. Me acuerdo que fue una Navidad. Por primera vez sentí que extrañaba a mi papá, Toti. Ahí pude correr a Herman del rol de papá y ponerlos a ellos, recuperar mi identidad y presentarme como Victoria. Teniendo el documento de Victoria, me seguía presentando como María Sol Tetzlaff. No es fácil. La identidad no es el ADN solamente. Porque la idea, justamente, era devastar todo y que no quedara nada. Mi apropiador me lo dijo una vez: 'Tiramos toda tu ropa para que no te quedara nada de ese pasado'. Me formaron toda la vida para que no quede nada. Pero están las Abuelas, otros nietos, mi familia biológica, que me ayudaron mucho”, compartió Victoria con la militancia reunida en el local.
Por su parte, Pablo Spinella contó la historia de Miguel Ángel, su padre, secuestrado un 14 de septiembre, cuando iba a visitarlo por su cumpleaños: "El dolor es íntimo y personal; un dolor que encuentra una salida lenta pero esperanzada a través del ejercicio constante de la memoria. Tardé mucho en hablar del tema, incluso -y me avergüenza decirlo- aún hoy me cuesta formular preguntas. Toda mi infancia estuvo signada por el silencio", reveló. "Saber es muy doloroso; a veces las certezas son peores que las incertidumbres", dijo. Por último, destacó que "no hay herramienta tan poderosa como la memoria. Nadie ha podido vencerla. Ni las leyes ni los hombres. Ni el paso del tiempo. Ni los estados de amnesia que el poder suele sembrar vanamente con amnistías o indultos. Todo cuanto guarda la memoria colectiva permanece inalterable".