La fuga de capitales condiciona el desarrollo económico de la Argentina. Por Gustavo Nagel

19/12/2014

Un nuevo caso de cuentas ilegales de argentinos en el exterior se sumó a la información antes brindada por el ingeniero francés sobre las más de 4 mil cuentas no declaradas de argentinos en la sucursal del Banco HSBC de Ginebra. Se trata en este caso de una nueva denuncia de una funcionaria francesa de la Unión de Bancos Suizos. El hecho es que todo parece indicar que no se trataría de casos aislados sino de una práctica habitual en el mercado financiero internacional, o sea, no es la totalidad sino la punta de un iceberg, que de pequeño, parece tener poco. En este sentido, los datos oficiales sobre la fuga de capitales al exterior —tanto legal como ilegal— se estima en unos 205 mil millones de dólares. Pero cálculos de diferentes especialistas hablan de 400 mil millones si se suman los rendimientos financieros. Cualquiera de las dos cifras da cuenta de la magnitud del fenómeno y de su impacto directo en la economía nacional.

Es muy interesante ver cómo funciona la lógica del pensamiento neoliberal que domina a los medios de comunicación hegemónicos. Por un lado pretenden que el Estado aplique mano dura cuando el delito se encuadra en lo que genéricamente se llama inseguridad urbana. Pero cuando los delitos son de guante blanco, y se hacen pases mágicos de ingeniería financiera para no pagar impuestos, de lo que se trata es de bajar el control del Estado para que el mercado se autorregule.

Por un lado los grandes grupos económicos concentrados fugan divisas para evadir el pago de impuestos, pero también se las llevan legalmente, adquiriendo activos físicos o financieros restando recursos a la inversión productiva en el país. Así la fuga de capitales se posiciona como uno de los principales condicionamientos para el desarrollo económico de la Argentina. Los miles de millones que se atesoran en dólares en el exterior, en la caja de seguridad de los bancos o abajo del colchón, no se invierten en el país.

De ahí la importancia de la creación de una comisión parlamentaria que investigue la fuga ilegal de capitales. Como señaló el diputado nacional por el Frente Nuevo Encuentro, Juan Carlos Junio, dicha comisión parlamentaria “puede, efectivamente, desentrañar este entramado que es bastante tenebroso”. Para agregar que “no se trata solo de sancionar una conducta ilegal, sino de resaltar que hay una pérdida de riquezas del país, porque esas divisas son fruto del trabajo argentino, producción industrial, comercial y de servicios, que se pierde”.

El futuro exige abordar este tema y terminar con una conducta delictiva de las grandes corporaciones y de sus propietarios que eluden o directamente evaden millones y millones de pesos que el país necesita para continuar el rumbo de crecimiento con equidad retomado en el 2003.