Las elecciones y el rol del Estado

09/06/2015

Micro Radial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC)

Si bien la discusión no se da de manera frontal y con las ideas y planteos sobre la mesa, el núcleo del debate económico en estos definitorios días de la campaña electoral, es el papel que debe cumplir el Estado. Si se afina el oído queda claro que las posturas son dos. Quienes pretenden un Estado activo que continúe la línea trazada en la última década y quienes por el contrario postulan que se debe volver a la —entre comillas— “libertad de mercado”.

Por Gustavo Nagel

En los últimos días los más representativos exponentes del poder económico concentrado vienen operando a brazo partido para instalar la agenda que ellos pretenden que gestione el próximo gobierno. El Foro de Convergencia Empresarial en su último documento exige el retiro de la gestión estatal de toda actividad productiva estratégica. Pretenden —y lo dicen con todas las letras— que el capital no encuentre en su camino: “perturbaciones anacrónicas del Estado”. Exigen que no exista ninguna regulación sobre los precios al grito de la tan mentada “libertad de mercado”.

También la Sociedad Rural hace sus planteos tratando de fijar la agenda del próximo gobierno. De hecho así titularon su documento: “La agenda del campo”, donde exigen eliminar directamente las retenciones a la exportación y el impuesto al cheque, y reducir los impuestos provinciales y las tasas municipales. Lo que NO dicen, es cómo se financiaría el Estado, por lo que se deduce con la más elemental lógica cartesiana que de lo que se trata es de recortar el gasto público, o sea otra vez, bajar jubilaciones y eliminar las ayudas a los sectores mas desprotegidos.

A este coro se sumó también la Unión Industrial, que en la voz de su vicepresidente, Juan Carlos Sacco, señaló que el problema de la economía argentina son: “los salarios, que son muy altos y no nos permiten competir internacionalmente”. Para lo cual la Unión Industrial Argentina propone terminar con las paritarias y bajar los salarios a su mínima expresión.

En síntesis, el viejo y conocido verso neoliberal. La vieja y conocida sarasa repetida durante los años 90 en nuestro país y en toda latinoamérica y aplicada con los resultados conocidos. La batalla, en consecuencia, se centra en la disputa por el papel del Estado. Por el rol que se le asigne al Estado: activo como en la última década o bobo como en los 90. Del resultado de esa disputa saldrá si el futuro de la Argentina será en clave de continuidad de las políticas que sostienen al consumo interno, a la actividad productiva y al trabajo, como puntos centrales para avanzar en la redistribución de la riqueza o si retrocedemos una década y volvemos a las políticas de la libertad de mercado, libertad que como sabemos deja libre al zorro para que libremente compita con las gallinas dentro del gallinero y que tienen inexorablemente siempre el mismo resultado.