Una nueva versión del estado terrorista. Por Estela Scipioni, comuna 13

05/09/2017

diarioaleman

El fin de semana pasado cientos de miles de personas salieron a la calle en todo el país para exigir la aparición con vida del joven activista Santiago Maldonado. En la ciudad de Buenos Aires se manifestaron entre 250.0000 y 300.000 personas. Hacia la noche, cuando la marcha ya se estaba desconcentrando, agentes de civil se mezclaron entre la multitud y comenzaron las provocaciones. Policías uniformados procedieron a perseguir y apresar a manifestantes, patearon a mujeres indefensas en la espalda y dispararon con balas de goma a la muchedumbre. El triste balance: heridos y 31 detenidos, entre ellos varios periodistas

Publicado en el diario Junge Welt, Alemania el 5 de septiembre de 2017

 

Muchas personas temen que la situación actual y el accionar represivo de las fuerzas de seguridad marquen un comienzo de una nueva dictadura. El recuerdo de la última dictadura militar (1976-1983) todavía está vivo en este país sudamericano.Una parte de la burguesía agraria y financiera argentina apoyó y colaboró con la dictadura del general Videla y sus sucesores.

En julio de 1976, en General San Martín, un pueblo de la provincia de Jujuy, durante un corte de luz intencional, fueron secuestrados unos 500 pobladores en un operativo en el que se usaron también camionetas de la Compañía Azucarera Ledesma. Aproximadamente 30 personas continúan desaparecidas hasta hoy,entre ellas Luis Arédez, el intendente de esa localidad quien tuvo el 'descaro' de exigir que la empresa Ledesma pagara impuestos.

Como bien señala el periodista argentino Ricardo Ragendorfer, 'a 40 años de eso, semejante modelo empresarial de gestión represiva es emulada por el Grupo Benetton en sus tierras de la Patagonia.'

A Benetton , con sus bonitas prendas de lana y su publicidad multicolor, le pertenecen entretanto más de 900000 hectáreas en la región.

Estas tierras codiciadas ya en el siglo XIX por los terratenientes y grandes exportadores de carne de Buenos Aires fueron el escenario de uno de los mayores crímenes realizados contra los pueblos originarios en lo que fue con el tiempo la República Argentina. La Patagonia fue ocupada con violencia por el ejército argentino durante lo que se denominó la Conquista del Desierto, 1878-1885, en la que se asesinaron miles de indígenas y se capturaron sus mujeres y niños para hacerlos servir a las familias de las ciudades, llevando a cabo un verdadero genocidio.

Los sobrevivientes mapuches, pueblo que habitaba ambos lados de la cordillera mucho antes de la formación de la Nación Argentina, continúan hoy siendo despojados de las tierras que se consideran económicamente interesantes. En marzo de 2015 mapuches del departamento de Cushamen, provincia de Chubut, Argentina, ocuparon algunas hectáreas en una de las estancias de Benetton, con la intención de recuperar territorio para su comunidad. Hostigados desde un comienzo por la policía y la gendarmería, los intentos de desalojo recrudecieron este año, ya bajo el gobierno del conservador/derechista Mauricio Macri.

Durante la mañana del 1 de agosto, unos 100 gendarmes (GNA, Gendarmería Nacional Argentina, fuerza de seguridad de naturaleza militar) entraron a las tierras ocupadas por la comunidad mapuche, disparando balas de goma y de plomo. Desde entonces, Santiago Maldonado, un joven residente de la ciudad de El Bolsón, quien se había solidarizado con la resistencia mapuche, se encuentra desaparecido.

Según el relato de testigos, cuando los efectivos uniformados de la GNA ingresaron a la comunidad y comenzaron a disparar, las personas presentes corrieron hacia un río cercano para huir de las balas. Algunos lograron cruzarlo y escapar. Testigos indican haber visto a Santiago corriendo para protegerse de los disparos.

Varias personas afirman también haberlo visto mientras era perseguido por los uniformados hasta que lograron cercarlo mientras daban la voz de “acá tenemos a uno” y “estás detenido”. También hay dos testigos que afirman haber visto cómo un hombre era golpeado e introducido a una camioneta de la GNA. Desde entonces, amigos y familiares lo buscaron intensamente y realizaron denuncias ante la Justicia, pero todavía no hay información sobre el paradero del joven.

Hasta el día de hoy, el gobierno nacional niega los hechos, intenta desviar las investigaciones con burdas maniobras y llega hasta a inculpar a la propia familia de Santiago Maldonado de no colaborar. El propio jefe regional de la Gendarmería, Diego Balari, reconoció públicamente que El operativo se armó en base a los hechos que se sucedieron y en base a orientaciones y órdenes precisas emanadas del Ministerio de Seguridad”. Se sabe fehacientemente que el propio jefe de gabinete de la ministra de seguridad Patricia Bullrich, Pablo Noceti, estuvo presente en el lugar mientras se realizaba el operativo.