4-2-2013 | Inflación | Por Gustavo Nagel

04/02/2013

"El tema de la inflación está al orden del día en el debate económico y político de la Argentina"

La oposición conservadora alineada tras los medios hegemónicos repite el latiguillo del impuesto inflacionario con que el gobierno supuestamente se financia. Con esto la derecha neoliberal pretende fijar la idea de que todos los argentinos financiamos el gasto social. Que todos aportamos a la caja —como también dicen— cada vez que al

comprar algo en el supermercado nos encontramos con que los precios aumentaron.
No se sabe muy bien por medio de qué artilugio oculto de las ciencias económicas cuando pagamos un artículo con aumento, ese aumento no lo percibe el fabricante, la cadena comercializadora o el monopolio correspondiente… sino el gobierno.

En verdad no existe tal impuesto inflacionario. Se trata de una figura utilizada mediáticamente para acusar al gobierno del alza de precios y ocultar la responsabilidad de los verdaderos formadores de esos precios.

La inflación, está claro, existe, pero no se trata de un impuesto sino que es parte de la lucha por la apropiación de la renta. De ningún modo el poder económico concentrado se queda cruzado de brazos viendo cómo pierde parte de sus ganancias. Todo lo contrario. Se resiste a ceder parte de la acumulación y por consiguiente del poder alcanzado.

Si bien los datos de la distribución del ingreso muestran que la situación permanece estacionaria respecto del año pasado, lo cierto es que si se observan las variables de los últimos diez años, todos los indicadores muestran una mejora notable en la distribución del ingreso. La diferencia que existía entre los ingresos de las familias más pobres y las más ricas era de 56 veces en 2003. Hoy esa diferencia es de 21 veces. El salario del 10 por ciento de la población de menores recursos se multiplicó casi por seis desde 2003 mientras que los ingresos del 10 por ciento más acomodado lo hizo por 4,8.

Todos los datos muestran cómo mejoró notablemente la distribución del ingreso en la Argentina en la última década. Con creación de empleo, con importantes políticas de ingresos, con la Asignación Universal por Hijo, con la recomposición y movilidad de las jubilaciones, entre otras.

Como decíamos la inflación existe. Y sus causas no hay que buscarla por el lado del costo laboral o del financiamiento del Estado, sino por el lado de la alta concentración y rentabilidad económica de los grandes productores que son los que forman los precios y se resisten a ceder parte de sus ganancias extraordinarias.