Algo huele mal en Buenos Aires. La sobredosis de basura que se acumula en las calles porteñas es un problema creciente que no depende exclusivamente de los conflictos laborales en las empresas recolectoras.
El problema de fondo es la falta de una política ambiental por parte del gobierno de Mauricio Macri. En efecto, según la Ley 1854 de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, sancionada en 2005, para el año 2020 debería llegarse al objetivo de la basura cero. Esto implica una reducción gradual de los RSU que para el año pasado debió haberse disminuido en un 30 por ciento. Sin embargo, en 2010 el volumen de residuos aumentó un 14,19 por ciento con respecto a 2009, llegando a la cifra de 2.110.122 toneladas.
El problema es grave y tiende a empeorar, pero no es inevitable que la basura termine tapando y contaminando a los habitantes de nuestra ciudad.
Todo esto se puede resolver con políticas y acciones destinadas a separar los residuos orgánicos de los otros en origen, instalar contenedores en lugares públicos apropiados, articular la tarea de las empresas recolectoras con la organización de cooperativas de recicladores y ejercitar la racionalidad para brindar soluciones eficaces y oportunas para resolver un tema prioritario.
"En este como en tantos otros temas - salud, vivienda, educación, trabajo decente, ejercicio pleno de los derechos ciudadanos - debe haber un Estado presente y políticas públicas de alcance universal, sostuvo Edgardo Form, el dirigente cooperativista y candidato a legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por Nuevo Encuentro.
Edgardo Form
Candidato a Legislador porteño por Nuevo Encuentro
