Industria del Calzado - Por Gustavo Nagel

05/08/2013

Días después de que el Papa Francisco le regalase un par de zapatitos al nietito de la presidenta Cristina Fernández tanto en el diario La Nación como en Clarín salieron notas con un sesgo muy parecido. La del diario de los Mitre se titulaba “No pueden ingresar al país escarpines como los que el Papa le regaló a la Presidenta” en tanto que en el diario de Ernestina viuda de Noble sostenían “El regalo del Papa al nieto de Cristina no llega al país”.

 

Días después de que el Papa Francisco le regalase un par de zapatitos al nietito de la presidenta Cristina Fernández tanto en el diario La Nación como en Clarín salieron notas con un sesgo muy parecido. La del diario de los Mitre se titulaba “No pueden ingresar al país escarpines como los que el Papa le regaló a la Presidenta” en tanto que en el diario de Ernestina viuda de Noble sostenían “El regalo del Papa al nieto de Cristina no llega al país”. En líneas generales ambas notas giraban en torno de lo mismo, les voy a leer el inicio de la nota del “gran diario argentino”: “las restricciones que el Gobierno aplica al ingreso de productos importados no sabe de miramientos. Allí imperan las políticas arbitrarias que suele impulsar el secretario de comercio Guillermo Moreno...como el caso de los zapatitos de cuero que el Papa le regaló a la presidenta en Brasil que dejaron de venderse hace ya bastante tiempo porque no pueden entrar al país”. La nota sigue pero su espíritu queda muy claro desde el vamos. Un lector distraído en el exterior podría imaginar que los bebes en la Argentina andan descalzos por las supuestas arbitrariedades del bloqueo de importaciones. Pero la realidad es bien distinta. Los datos concretos del sector nos dicen que en 2012 la producción de zapatos llegó a 120 millones de pares –que representa un 5% más que en 2011– y con esto se acumulan once años de crecimiento récord. Las cifras (aportadas por la Cámara de la Industria del Calzado) dan cuenta de que el empleo directo e indirecto del sector ronda los 70.000 puestos de trabajo y que la participación de la industria nacional en el mercado interno durante 2012 fue del 85% y solo el 15% restante fue abastecido por productos importados.En valores reales las importaciones cayeron casi 13% durante el 2012 respecto al año anterior.Por si se perdió en medio de tantas cifras vale que quede el dato de que bajaron las importaciones y aumentó la producción nacional.Y hablamos del calzado porque los grandes diarios hegemónicos se preocuparon porque el resto de los bebes de nuestro país no pueden acceder  a esos zapatitos que el Papa le regaló al nietito de la Presidenta. Pero lo que sucede con la industria del calzado se replica en otros muchos sectores en los que, gracias a las políticas de restricción de importaciones, lo que se hace es proteger, incentivar y promover el mercado interno y fomentar la creación de puestos de trabajo con los cuales millones de argentinos tenemos empleos y accedemos a un salario digno.Muy distinto a lo que ocurría en la década menemista, en la cual teníamos zapatitos de todos los colores y de todas partes de mundo, pero el 25% de los argentinos estaba desocupado y la mayoría de los que trabajaban miraban las vidrieras con la ñata contra el vidrio porque sus ingresos apenas alcanzaban para satisfacer las necesidades básicas.Solo se trata de tener un poquito de memoria.....

En líneas generales ambas notas giraban en torno de lo mismo, les voy a leer el inicio de la nota del “gran diario argentino”: “las restricciones que el Gobierno aplica al ingreso de productos importados no sabe de miramientos. Allí imperan las políticas arbitrarias que suele impulsar el secretario de comercio Guillermo Moreno...como el caso de los zapatitos de cuero que el Papa le regaló a la presidenta en Brasil que dejaron de venderse hace ya bastante tiempo porque no pueden entrar al país”. 

La nota sigue pero su espíritu queda muy claro desde el vamos. Un lector distraído en el exterior podría imaginar que los bebes en la Argentina andan descalzos por las supuestas arbitrariedades del bloqueo de importaciones. Pero la realidad es bien distinta. 

Los datos concretos del sector nos dicen que en 2012 la producción de zapatos llegó a 120 millones de pares –que representa un 5% más que en 2011– y con esto se acumulan once años de crecimiento récord. 

Las cifras (aportadas por la Cámara de la Industria del Calzado) dan cuenta de que el empleo directo e indirecto del sector ronda los 70.000 puestos de trabajo y que la participación de la industria nacional en el mercado interno durante 2012 fue del 85% y solo el 15% restante fue abastecido por productos importados.

En valores reales las importaciones cayeron casi 13% durante el 2012 respecto al año anterior.

Por si se perdió en medio de tantas cifras vale que quede el dato de que bajaron las importaciones y aumentó la producción nacional.

Y hablamos del calzado porque los grandes diarios hegemónicos se preocuparon porque el resto de los bebes de nuestro país no pueden acceder  a esos zapatitos que el Papa le regaló al nietito de la Presidenta. Pero lo que sucede con la industria del calzado se replica en otros muchos sectores en los que, gracias a las políticas de restricción de importaciones, lo que se hace es proteger, incentivar y promover el mercado interno y fomentar la creación de puestos de trabajo con los cuales millones de argentinos tenemos empleos y accedemos a un salario digno.

Muy distinto a lo que ocurría en la década menemista, en la cual teníamos zapatitos de todos los colores y de todas partes de mundo, pero el 25% de los argentinos estaba desocupado y la mayoría de los que trabajaban miraban las vidrieras con la ñata contra el vidrio porque sus ingresos apenas alcanzaban para satisfacer las necesidades básicas.

Solo se trata de tener un poquito de memoria.....

Micro Radial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC)