La continuidad del modelo

05/12/2013

Revista Acción, Primera Quincena Diciembre de 2013

Por Gustavo Nagel - Dirigente Cooperativista

Los cambios en el equipo económico despiertan preguntas lógicas sobre posibles modificaciones de las políticas públicas y del rumbo que seguirá el Gobierno en esta sensible materia.

Desde el punto de vista de los nombres, tanto el nuevo ministro de Economía, Axel Kicillof, como el flamante presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y lo que se conoce hasta hoy de sus equipos, tienen antecedentes de gestión en el gobierno en los últimos años, lo que supone una tendencia hacia la continuidad del actual modelo.

Un modelo que precisa de un Estado con un amplio poder regulatorio para incidir sobre el proceso económico, de forma tal de seguir bregando por la necesaria modificación de la estructura productiva y por la construcción de una sociedad con una distribución más progresiva de los ingresos.

Esta impronta fue refrendada luego de la jura de los funcionarios, cuando la presidenta Cristina Fernández habló en la Casa Rosada. Allí hizo alusión a la necesidad de «seguir profundizando, avanzando y mejorando», haciendo hincapié en «la industria nacional, la innovación tecnológica y más educación (…), para que cada vez haya más argentinos incluidos».

La continuidad futura del camino elegido requiere afrontar una serie de desafíos sobre temas que representan riesgos importantes y que tienden a marcar las prioridades de la gestión.

Por ejemplo, el tema de las reservas, que si bien no tiene el dramatismo que intenta darle la prensa que defiende los intereses de los grupos concentrados, no puede dejar de reconocerse que la denominada «restricción externa» existe y puede transformarse en un problema para un país que tiene constante necesidad de divisas para poder crecer y para poder pagar deudas. Dada la impronta de «bien público» que poseen las reservas, en el corto plazo es fundamental cuidarlas, para lo cual hay que establecer prioridades para su uso, privilegiando las necesidades reales de la estructura productiva y la importación de bienes esenciales, como los medicamentos. Esto implica perfeccionar los instrumentos para la sintonía fina, algo que está en línea con declaraciones del nuevo jefe de Gabinete, quien dijo: «Vamos a proteger y cuidar nuestras reservas. No vamos a destinarlas a asignaciones de carácter suntuario», en el momento en que anunció el envío al Congreso de un proyecto para gravar con más impuestos la importación de autos de lujo.

También sabemos que muchas de las urgencias que se nos presentan tienen su origen en temas estructurales irresueltos, como la inflación. Según las primeras declaraciones de los funcionarios, es necesario analizar la formación de precios a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización de los bienes de la canasta de consumo. Un camino adecuado que debería seguir por el estudio de los costos de las grandes empresas formadoras de precios, para evitar que su avidez por las ganancias no genere inflación.

Respecto del sistema impositivo hay que ir por una reforma tributaria integral, que grave las rentas extraordinarias, fomente la producción y mejore la distribución del ingreso.

Las salidas de divisas por pago de dividendos al exterior no pueden seguir dependiendo de la decisión de las empresas. Si bien en 2012 las salidas se habían frenado a partir de negociaciones y acuerdos entre el Estado y las empresas, no resulta fácil seguir sosteniendo esta situación indefinidamente sin cambiar los parámetros legales que protegen a las inversiones extranjeras. En este punto, es necesario modificar la ley de Inversiones, heredada de la dictadura y denunciar, por perjudiciales para la Nación, los acuerdos bilaterales de inversión firmados en los 90.

Como vemos, los desafíos a los que se enfrenta el país son complejos e importantes. Su abordaje requiere de una firme decisión política de las autoridades, pero también del aporte y la participación constante de todos aquellos individuos y sectores que bregamos por afirmar los cimientos para la construcción definitiva de una sociedad equitativa y solidaria.