La disputa por la hegemonía. Por Gustavo Nagel

21/10/2013

El modelo político y económico de la última década está en discusión. Y no está mal que así sea, por el contrario. Hay probablemente un cambio en la expectativa de la sociedad, porque los avances políticos, sociales y económicos habilitan siempre nuevas expectativas.

En primer lugar hay que señalar que no se puede desconocer que este debate se da en el marco de una década ganada que indudablemente se relaciona con un ciclo político y económico que irrumpe en la región con el nuevo milenio y que se empieza a consolidar con el recordado No al ALCA de Mar del Plata en noviembre del 2005. Este es un hecho irrefutable. La década se ganó en favor de un reparto más justo de la torta. El neoliberalismo, hegemónico en la década del 90, se caracterizó en toda la región —y en nuestro país particularmente— por la imposición de un consenso que se había escrito en Washington pero que contaba con el apoyo incondicional de los poderes económicos locales. El cambio llegó tras el derrumbe y de la mano de la recuperación del Estado que pasó de estar ausente a ganar presencia para regular, redistribuir y controlar los sectores estratégicos de la economía, como el Banco Central o YPF, por poner solo dos ejemplos.

El resultado concreto de esas políticas es inocultable en toda la región y por su puesto en nuestro país. Es el propio Banco Mundial el que lo reconoce. En los últimos seis años, dice su último documento, la clase media latinoamericana creció en un 50 por ciento. Hoy el 40 por ciento de la población de América Latina es de clase media. Y proporcionalmente donde más creció es en la Argentina, lo que implica que nuestro país es la sociedad de mayor movilidad social de la región. Y ojo, que esto lo dice nada menos que el Banco Mundial.

Evidentemente se trata de una década ganada. Ahora, está claro que todo proceso de cambio tiene sus idas y vueltas. Una vez superada la primera etapa de urgencias sobreviene otra en la que la llamada puja distributiva continua abriendo nuevos escenarios de disputas.

La elección de medio término del próximo domingo en nuestro país es uno de esos escenarios. Escenario donde estará en disputa el futuro, porque se están enfrentando nuevamente dos modelos de país: El que propone un Estado presente y activo para asegurar que el crecimiento vaya acompañado de equidad distribibutiva y la alianza con los vecinos del MERCOSUR y la Unasur frente al que propone volver a la libertad de los mercados, a un estado mínimo y a las relaciones carnales hoy expresadas en los tratados de libre comercio al estilo de la Alianza del Pacífico. En suma, el debate está abierto y el domingo habrá respuestas en este sentido, aunque claro, no clausurarán la lucha por la hegemonía, una lucha que por cierto nunca se cierra del todo.