En la Argentina y en toda Latinoamérica, existe una evidente lucha de intereses. Por un lado el neoliberalismo resiste con sus argumentos discursivos que siguen dominando el sentido común pese a una década de gobiernos progresistas en la región. Europa y EEUU, van por otro camino. No se discute como acá por el rol del Estado y la relación entre el Estado y la economía. Allá el Estado delegó en el mercado la resolución de todos los conflictos. Acá, en la periferia del mundo, el debate está abierto.
Días atrás el presidente ecuatoriano Rafael Correa advirtió que no se debe caer en el simplismo de creer que todo lo logrado en una década en la región está cerrado y es inmodificable. Por el contrario como ocurre con muchos de los Estados de Bienestar, las conquistas sociales de años y años se desvanecen rápidamente en nombre del dios mercado.
Precisamente esto es lo que se juega, también en nuestro país, en las legislativas del 27 de Octubre.
Concretamente ¿cuál es la propuesta económica del candidato Sergio Massa y de los otros partidos de la derecha vernácula? Disminución del gasto público; política tributaria aún más regresiva; devaluación de la moneda; y no cancelar deuda con recursos propios sino tomando nueva deuda para reiniciar el ciclo de endeudamiento con la tutela del FMI y los organismos multilaterales de crédito.
Y en este sentido Sergio Massa es transparente y explícito. Si dejamos de lado los spots publicitarios y las consignas de campaña y vemos el plan antiinflacionario presentando por el intendente de Tigre, salta a la vista que los objetivos del mismo forman parte del viejo ideario liberal. Las famosas metas antiinflacionarias son parte inseparable del discurso del FMI. Hay que tener claro que pueden contener la inflación, lo hacen a costa de un menor crecimiento del PBI y de menor generación de empleo. Alcanza también viendo quiénes son los asesores del tigrense. En el variopinto elenco revistan economistas y empresarios entre los que se destaca Martín Redrado, mediático defensor de los intereses de las corporaciones y de las doctrinas neoliberales.
Cuando Massa y sus asesores nos hablan de “economía previsible” o cuando pretenden enviar “señales claras a los empresarios” o “favorecer la competitividad” o cuando reclaman un “endeudamiento responsable” en verdad están disfrazando con retórica su intención de volver a los neoliberales años 90. Son las mismas recetas que llevan a que los gobiernos se arrodillen frente a los poderes económicos y sus programas. Como nos ocurrió en aquellos años 90 y como le ocurre hoy al primer mundo en crisis.