Pasaron ya 500 días de su detención, en una celda gris, triste, y sobre todo injusta, pero ella sigue mostrándose entera, con la fortaleza moral de una gran líder.
A pesar de la presión internacional y el repudio de gran parte de la ciudadanía, Milagro Sala sigue presa porque está claro que el gobierno del presidente Macri plantea una ofensiva feroz, sin límites, para construir un orden político que anule la vida política colectiva que transcurre fuera de las instituciones formales. Las normas del neoliberalismo establecen una sociedad callada y quieta que solamente se expresa en la política a través de sus representantes legalmente establecidos son legitimados por la sociedad. Todo lo que transcurre en el campo de las organizaciones populares debe que ser estigmatizado, invisibilizado y, si es necesario, reprimido con métodos que nos trasladan a los años más oscuros de nuestra historia.
En Jujuy, una provincia manejada por el poderoso ingenio Ledesma -el mismo de la “Noche del apagón”-, la organización que Milagro lidera supo darle dignidad a los más desamparados: salud, trabajo y educación. Viviendas decentes, centros de salud, fábricas, escuelas. Una inmensa pileta donde miles de chicos disfrutaban lo que nunca habían tenido, marginados por un sistema de exclusión tremendamente cruel. Quizás el logro más notorio de la Tupac Amaru haya sido el haber forjado un espacio independiente en el corazón mismo del sistema capitalista.
Seguramente muchos piensan que no les corresponde simplemente por su condición humilde. Y la embestida es atroz, hoy esa pileta está vacía, símbolo de todo lo que está destruyendo el gobierno de Gerardo Morales.
Con el tiempo, la prisión de Milagro Sala se ha convertido en un caso testigo. El propio gobierno nacional se está colocando fuera de la legalidad en materia de derechos humanos, como resaltó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su visita: “su detención continúa siendo violatoria del principio de inocencia, del principio de legalidad, del derecho de defensa en juicio, de la cosa juzgada y de la prohibición a ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Es responsabilidad del gobierno federal garantizar que se cumplan todas las obligaciones jurídicas internacionales en todos los niveles dentro de su jurisdicción.”
Estamos frente a una gran injusticia que pretende ser un acto ejemplificador para que a nadie se le ocurra organizarse, reclamar sus derechos, intentar una sociedad más justa y equitativa.
Confiamos en que no van a poder con ella. No van a poder con quienes creemos en las luchas colectivas para tener una sociedad mas justa. Milagro es fuerte, sabemos que ha peleado toda su vida y todo le ha costado mucho más, por ser mujer, por ser colla, por ser pobre.
Desde este espacio exigimos que la justicia resuelva pronto y bien. Libertad a Milagro Sala.
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