Con el fallo de la Corte de Nueva York el tema de la deuda externa volvió en estos días al centro del debate. Vale la pena que recordemos un poco esta historia.
Desde la Dictadura Militar y hasta el año 2001 Argentina se endeudo sin límites y los prestamos se destinaron mayoritariamente a pagar intereses usurarios. En el 2001 el peso de la deuda era tal que no pudimos pagar y caímos en el famoso default. Recordemos que el país estaba quebrado, teníamos mas de un 25% de desocupados y miles de piquetes diarios de ciudadanos indigentes reclamando comida. En el 2005 el Presidente Kirchner renegocia la deuda con una importante quita que es aceptada por el 93 por ciento de los acreedores. Solo los llamados fondos buitres, que tienen el 0,5% de los bonos en default, rechazan la propuesta y litigan en la justicia (en este punto vale señalar que se llaman fondos buitres, porque su negocio es la rapiña financiera: compran bonos de deuda de países en default a un precio ridículamente bajo para luego reclamar la totalidad del pago). Sigamos: Estos fondos buitres sonríen cuando en febrero de 2012 un juez ultraconservador de Nueva York dice que Argentina les debe pagar. En octubre la Cámara de Apelaciones ratifica el fallo de primera instancia y la semana pasada desestimó la apelación de Argentina aunque será la Corte Suprema de los EEUU la que deberá fijar posición.
Pero más allá de todo este intríngulis jurídico, que se perjudica a la Argentina y beneficia a la peor escoria del sistema financiero internacional, lo que hay que observar es el tema de la deuda externa en su conjunto.
Por un lado, decir que si la Argentina paga a los fondos buitres los 1330 millones de dólares que reclaman, todos los que ingresaron al canje de 2005 estarían en condiciones de reclamar lo mismo, lo que implicaría que volvamos a la situación del 2005, o sea que tengamos una deuda tan grande que no la vamos a poder pagar, que tengamos que endeudarnos para pagar y que para prestarnos vuelvan a condicionarnos a aplicar políticas de ajuste. Políticas tales como las aplicadas por el Menemismo y por la Alianza, se acuerda... Un Estado pequeño y ausente, baja de jubilaciones y pensiones, presupuesto educativo ínfimo, ninguna inversión en obras de infraestructura y la mano del FMI aprobando cada medida solo si esta era favorable a generar recursos para pagarle a los acreedores. Lo que hoy pasa en Grecia, donde a pesar del ajuste brutal la deuda sigue creciendo.
Lo que se puede observar en todo este asunto es que quienes hoy se alegran de que el fallo de la Corte de Nueva York beneficie a los buitres son los que pretenden que la Argentina vuelva al pasado, a la senda del endeudamiento, de la especulación financiera, de las importaciones indiscriminadas y la destrucción del aparato productivo. Algunos de esos están afuera, pero lamentablemente muchos están dentro de la Argentina y bastante seguido en las pantallas de los medios concentrados.