Por Carlos Funes
El pasado martes 14 de mayo se celebró el Día del Dirigente Deportivo, conmemoración de la que no habría caído en cuenta de no ser por los afectuosos saludos recibidos desde la mañana temprano por parte de muchxs amigxs y compañerxs de ruta, y de socixs de mi querido Club Deportivo y Social Colegiales. Un par de días después, siento la necesidad de repensar ese día, esa ruta elegida hace más de 40 años, y el valor de esos saludos y reconocimiento.
Y pienso entonces en los miles de mujeres y hombres -dirigentes- que engrandecen día a día esta inmensa labor solidaria de sostener los 20.000 clubes que hay a lo largo y ancho del país. Pienso también, y quizás ahí se encuentre el quid de que estos días “celebratorios-de” se nos pasen a los propios dirigentes, que en muchas ocasiones no nos sentimos solamente como dirigentes deportivos, sino fuertemente sociales, culturales, barriales, comunitarios.
Porque cuando la crisis golpea fuertemente nuestras puertas, llevándonos casi al dramatismo de pensar en cerrarlas por las dificultades económicas que debemos enfrentar, cuando hay que ponerle el pecho a una boleta de luz, a las camisetas para lxs pibxs, a sostener los sueldos de profes y colaboradores, cuando hay que capear el ánimo de bajón de tu comunidad que ni piensa a veces en su club acuciada por sus propias crisis en casa… sus propias boletas de luz... Ahí es, decía, que al “deportivo” se le agrega el remo: remar esta terrible instancia en que han sumergido al país, para poder atravesarla, sostenernos, pensando en darnos mejores gobiernos también, pero remar para hacer y pensar JUNTOS.
Juntos en nuestras comunidades, juntos también los propios clubes haciendo fuerza, asociándonos en la unión para hacer oír nuestra agenda de reclamos. Juntos, deportivos y sociales como somos, honrando y dándole gloria no sólo a un día sino a los 365 del año que abrimos las puertas con la esperanza tozuda de siempre: la de que otras tarifas sociales razonables y justas en los servicios públicos son posibles; la de que una situación institucional sólida que nos devuelva el aporte que hacemos al Estado, con su sostén, es posible, la de que otra vida y otro país más solidarios son posibles.
¡Salú a los miles de dirigentas y dirigentes deportivos y sociales de nuestro país!