Macri y la deuda

17/03/2014

La deuda pública en nuestro país tiene un largo recorrido histórico. Se inicia con el famoso empréstito de la Baring Brothers, que Arturo Jauretche calificó acertadamente como el estatuto legal del coloniaje, y llega hasta nuestro días. La historia más cercana indica que en los años '70, según datos del propio Fondo Monetario Internacional, la deuda representaba casi el 14% del Producto Bruto aumentando a casi el 47% al finalizar la dictadura. Esta cifra incluye la famosa estabilización de la deuda privada que instrumentara Domingo Cavallo desde el Banco Central.

Por Gustavo Nagel

A los '80 se los conoció como la década perdida mientras que en los '90 volvimos a los mercados para financiar tomando créditos, un nivel de consumo que nos hizo creer que la Argentina era parte del Primer Mundo. Esa burbuja de la Convertibilidad terminó explotando en 2001. La deuda representaba el 120% del Producto Bruto. En la última década la política de desendeudamiento del gobierno llevó a que la deuda pública descendiera a un 19%. Para ser gráficos, en 2003 cada argentino debía 5 mil dólares. Hoy cada argentino debe 2 mil.

Pero el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y Mauricio Macri es la evidencia concreta de lo acertado de este dicho.

En su gestión al frente de la Ciudad de Buenos Aires viene aplicando desde 2007 una consecuente política de endeudamiento. Recibió una ciudad relativamente sana, financieramente hablando. Hoy la deuda pública porteña alcanza un récord de 3.700 millones de dólares lo que significa un 570% más desde que asumió. Pero lo más preocupante es que cerca del 90% de esa deuda se emitió en moneda extranjera o en pesos ajustables al tipo de cambio. Parece que este no es un tema que preocupe demasiado a Mauricio. A punto tal que en enero, cuando arreciaban las presiones para devaluar la moneda, la Ciudad colocó un bono en pesos ajustable por el tipo de cambio de 146 millones de dólares. En un par de días esa deuda de la ciudad aumentó un 23%.

Como dijimos, poco le preocupo a Macri el asunto. Cuando la prensa consultó su opinión sobre la devaluación la respuesta fue de una honestidad brutal: “la devaluación es una buena noticia para el campo”, dijo Macri sin ocultar los intereses que defiende. A Macri poco le preocupa su distrito, prefiere velar por la rentabilidad de los grandes grupos exportadores y por hacer hacer demagogia para alimentar sus sueños presidenciales, mas que por cuidar los intereses de los vecinos de la ciudad que gobierna desde hace seis años.