Marx, siguiendo la línea de Hegel, dice que los grandes hechos y personajes de la historia suelen repetirse. Y lo amplía, cuando dice que la historia se repite una vez como tragedia y otra como farsa.
Por Gustavo Nagel
Micro Radial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC)
Algo de esto pasó la semana pasada cuando el lockout de la patronal agraria, o sea la Sociedad Rural, la CRA y Coninagro, no lograron la adhesión masiva de otros tiempos. Esta nueva medida contra el gobierno se produjo a siete años de aquel rechazo a la resolución 125 que establecía un sistema móvil para las retenciones a la soja, el trigo y el maíz. En aquellos días del recordado voto no positivo de Julio Cobos, las protestas de la nueva oligarquía terrateniente marcaron un hito de profundo contenido político y simbólico que como pocas veces transparentó la disputa por la distribución de la renta.
El mal llamado campo pretendió apropiarse de la totalidad de la renta agraria, sin importar las consecuencias para el conjunto de la sociedad. Aquellos sucesos del 2008 pusieron en evidencia también el accionar desestabilizador de las corporaciones económicas amplificando la protesta a través de sus medios de comunicación hegemónicos.
Hay una línea de continuidad, una repetición que vuelve claramente como farsa. Como una patética farsa. No hay más que ver la foto de la reciente Expopagro que organizan y patrocinan La Nación y Clarín con todos los presidenciables prometiendo la reducción o directamente la eliminación de las retenciones. Así lo hizo Mauricio Macri que les dijo a los productores: “siembren todo el trigo que puedan sembrar, que van a exportarlo sin retenciones”. O Sergio Massa que prometió bajarlas. Ninguno explicó cómo financiarán, por ejemplo, programas sociales como la Asignación Universal, que vienen prometiendo que no eliminarán en caso de llegar al sillón de Rivadavía.
Desde nuestra perspectiva entendemos que es necesario garantizar la continuidad de las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Porque parten del principio de que son bienes producidos por la naturaleza. La renta que genera la tierra debe separase del beneficio de la inversión del productor. Dicho de otro modo, la sociedad es dueña del patrimonio de la tierra y los recursos naturales por cuya explotación se debe pagar un especie de “alquiler”.
Una vez más la pelea, el debate, es entre dos modelos diferentes de país. Uno es el que privatiza los bienes sociales y permite que los capitales lucren con ellos sin límites y el otro el que pone esos bienes al servicio del desarrollo del país, entendiendo que ese desarrollo debe ir acompañado de una distribución equitativa de la renta para que TODOS los Argentinos tengan oportunidad de vivir dignamente.