Micro Radial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC)
Más allá de los titulares catastróficos de los medios de comunicación dominantes que hablan de un aumento incontenible de la pobreza y que describen corridas cambiarias y subas alucinantes del dólar ilegal —que en realidad se parece más a una expresión de deseos que a una noticia—, más allá de esa descripción diaria del apocalipsis que el poder real pretende instalar en el imaginario social, lo cierto es que la perspectiva económica con las PASO y las elecciones de octubre en el horizonte no es ese escenario de caos aunque tampoco un camino cubierto de rosas.
Por Gustavo Nagel
Es evidente que el poder económico real, busca llegar a las elecciones con el peor clima posible, de ahí aquellas tapas terroríficas. Ya esta claro que “si el problema no existe se lo inventa y después será tapa del diario”.
Pero el poder económico no solo utiliza como herramientas de presión a los medios hegemónicos, tiene a su alcance otras, como los aumentos en los precios para generar inflación; la retención de las cosechas para que falten divisas; promover corridas bancarias; fugar capitales y otra larga lista de etcéteras.
Pero la realidad es otra. Como señaló la semana pasada el norteamericano Centro de Investigaciones Pew, desde 2003 Argentina es el país de la región en el que más creció la clase media, con una expansión del 117 por ciento y el motor central de este dato no es otro que la creación de empleo y el aumento del salario real. Y no es menos cierto que las perspectivas económicas presentan nubarrones en el horizonte. La caída de los precios internacionales de los granos, la parálisis económica de Brasil y la restricción externa convertida hoy en un cuello de botella para el crecimiento, son un problema para la economía nacional.
Hay que agregar el pronóstico negativo del FMI que habla de desaceleración económica para los países emergentes y en desarrollo, en especial por la baja de los precios de las materias primas, el empeoramiento de las condiciones financieras externas y el retroceso o el freno de economías como China, Rusia y la Unión Europea. Los argentinos tenemos nuevamente que elegir entre el ajuste y la transferencia de la crisis a los sectores populares o las políticas contra cíclicas del Estado para sostener los niveles de consumo interno y los puestos de trabajo.
Está claro que, como siempre, hay dos caminos, dos modelos y candidatos que los representan: Debemos tener claro que unos representan claramente los intereses de los poderosos y aunque no lo digan proponen el ajuste; y la otra opción es la continuidad de todo lo echo en los últimos doce años, por que no cabe duda que faltan cosas, pero todo lo que falta y favorece a las mayorías populares, esté en el rumbo que marcaron Nestor y Cristina Kirchner.
Una vez mas, el pueblo tendrá el futuro en sus manos, no nos dejemos seducir por los cantos de sirena.
