Ya se encuentra en el Senado el proyecto de ley de presupuesto 2015 tras haber sido aprobado en Diputados. La “Ley de leyes” (como suele denominarse a esta norma) no es nada más y nada menos que un plan de trabajo, una proyección de lo que va a hacerse a lo largo de un año. Este presupuesto, además, es el que va a gestionar la presidencia de Cristina Fernández que finaliza su gobierno el 10 de diciembre de 2015. Pero a pesar de los presagios agoreros y las declaraciones de la oposición el presupuesto presentado no propone un ajuste ni busca la retracción de la economía argentina.
Por Gustavo Nagel
El presupuesto para el 2015 tiene como eje central un crecimiento de la economía del 2,8 por ciento, una variación de precios cercana al 16% y un dólar promedio de casi 10 pesos por unidad.
Se prevé un aumento del gasto mayor al 13% con un fuerte componente en educación; seguridad social; cultura y salud que se llevan casi el 60% de las erogaciones previstas. Reitero por si se le perdió el dato: entre educación, seguridad social, cultura y salud se concentra casi el 60% del presupuesto previsto para 2015.
De la propuesta presentada se trasluce además que en un mundo que sigue inmerso en una profunda crisis económica el Estado Nacional no sólo descarta la posibilidad de ajustes sociales si no que por el contrario sigue apostando a políticas contra cíclicas que buscan aumentar la demanda agregada para sustituir lo que perdemos por vía de la baja de las exportaciones debido a la retracción del consumo en el mundo industrializado.
Vale decir que las medidas aplicadas con los presupuestos aprobados en los últimos 11 años plantearon políticas virtuosas, no exentas de dificultades ni de errores, pero que permitieron que se generen más de 6 millones de puestos de trabajo, más de 3 millones de personas incluidas en los sistemas jubilatorios y el acceso a derechos de todo tipo que permitieron una inclusión social inimaginable hace tan solo una década atrás, cuando el país agonizaba tras la pesadilla neoliberal.
Dos modelos claramente diferenciados, el menemista, aquel que Mauricio Macri admiraba y que intenta renacer de las cenizas de la mano de Griessa y la oposición y el Modelo de desarrollo con inclusión, impulsado primero por el Presidente Kirchner y luego por Cristina, que al unísono con el resto de Latinoamérica, nos puso de pié y nos permite soñar con un futuro de mas justicia y equidad.
Micro Radial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos