Micro Radial del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC)
Solemos escuchar en estos días de campañas políticas que lo que se está poniendo en juego son dos modelos de país: uno inclusivo que se puso en marcha en 2003 de la mano de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y otro que intenta volver a las políticas de los ’90 con la inevitable expulsión social de las mayorías. A veces esto parece mero discurso pero basta con atender a dos cuestiones muy precisas que ocurrieron en estos días para notar que no es sólo un relato.
Por Gustavo Nagel
El actual jefe de gobierno porteño y precandidato presidencial Mauricio Macri sostuvo que si él gana, al día siguiente levanta las limitaciones para comprar dólares. Macri justificó su propuesta en el "shock de confianza" que esto generaría: "van a sobrar dólares en la Argentina a partir de diciembre”, dice. De ser así, de ganar la presidencia y liberar la compra de dólares, se produciría de hecho un ajuste brutal vía una devaluación inmediata que implica una mejora de la rentabilidad de los sojeros; un descomunal aumento de los productos importados y un auamento inmediato de todos los precios internos. Tal como sostuvo el precandidato a jefe de Gobierno porteño Carlos Heller “sucedería lo que ha sucedido siempre que se tomaronn medidas de ese tipo: perdería valor el ingreso de los trabajadores y se afectaría a las pequeñas y medianas empresas que están orientadas al mercado local”.
La propuesta de Macri se conoció casi en simultáneo con las medidas anunciadas por la presidenta de la Nación para seguir incentivando el mercado interno: un plan canje de heladeras y lavarropas con 25 por ciento de descuento y financiamiento en 12 cuotas, créditos subsidiados para la renovación de taxis, un programa de beneficios para el consumo con la tarjeta SUBE, una inversión para mejorar las instalaciones eléctricas precarias, subsidios para los hogares mas pobres que utilizan gas en garrafas y un plan de facilidades de pago de deudas impositivas a diez años.
Todas estas, clarísimas medidas que apuntan al consumo de las familias, pero que a la vez generan trabajo para que las empresas produzcan más y mantengan el empleo. Intentan sin duda contrarrestar las dificultados que sabemos existen en los mercados mundiales, tratando de aislar a la Argentina de la crisis.
Como vemos no son cuestiones del “relato”: son pasos puntuales y efectivos para seguir apostando al mercado interno y al bienestar de la mayoría del pueblo. Ese pueblo al que perjudicarán sin dudas las supuestas libertades que ofrece el Ingeniero Mauricio Macri.