Por Universitarios del PSol
Una movilización histórica hizo que luego de 15 años confluyeran las 6 federaciones docentes al igual que agrupaciones estudiantiles y no docentes de distintos arcos políticos. Ahora se espera una respuesta por parte del gobierno conservador de Cambiemos.
Tras semanas de clases públicas como forma de protesta, de reuniones paritarias irrisorias, de un anuncio por parte del Ejecutivo que resultó más en propaganda mediática que en una solución al problema real, de multitudinarias marchas estudiantiles que el gobierno ninguneó, la comunidad educativa salió a la calle y de qué manera.
Mejora salarial para docentes y no docentes, aumento presupuestario para poder cubrir los gastos de funcionamiento, boleto educativo, fueron algunas de las consignas que reunieron a más 50 mil personas marchando desde Plaza Houssay hasta el Ministerio de Educación. Lo que sucede es que los ofrecimientos salariales del gobierno nacional a los gremios docentes son una falta de respeto en un contexto en el que tenemos la mayor inflación mensual desde 2002. Es que la partida extra de 500 millones -repartidos entre cientos de facultades- no resuelve la problemática del aumento de los gastos corrientes de las universidades luego del tarifazo llevado a cabo por Cambiemos. Lo que ocurrió, en definitiva, es que docentes, no docentes y estudiantes se movilizaron para impedir el vaciamiento de la educación pública no arancelada, un pilar fundamental para el futuro de la Patria.
Como si no fuera suficiente, algunos poderosos medios de comunicación escondieron la marcha mientras las calles se encontraban desbordantes de gente.
Párrafo aparte merece el accionar de Esteban Bullrich durante el hecho político que estaba sucediendo. El ministro de Educación de la Nación, uno de los principales responsables del recorte y con antecedentes como mínimo conflictivos con el sector estudiantil –se recuerda la toma prolongada de colegios secundarios en la Capital Federal en reclamo de reformas edilicias, cuando Bullrich era ministro en ese distrito- realizó lamentables declaraciones a través de su Twitter: “En relación a las Universidades, lamento que se sigan divulgando datos falsos. Por lo pronto, no es cierto que no tengan fondos para pagar la luz”, se pudo leer en su cuenta. Y agregó: “Lamentablemente hay sectores que usan la universidad pública para hacer política partidaria, y buscan inventar una «crisis» donde no la hay”, clarificando –como si hiciera falta- que el ministro, regido por la lógica neoliberal del actual gobierno, no considera problemático un recorte presupuestario. Sería interesante que le explique a la comunidad educativa su fórmula secreta para pagar servicios que aumentaron hasta un 500% con un aumento que pretendía ser del 0% para gastos de funcionamiento. O en realidad sería aún más importante que, en vez de utilizar su red social para realizar chicanas, se siente cara a cara con los gremios en conflicto para buscar una solución.
Quiera o no hacerse cargo el Ejecutivo nacional, lo que sucedió este jueves por la noche es un hecho político con diversas significaciones. Es, por un lado, una carta importante para los gremios a la hora de volver a negociar con el gobierno neoliberal. Por el otro, una muestra de madurez política de los gremios docentes, no docentes y estudiantiles. A pesar de los matices ideológicos que existen entre los diversos actores políticos que confluyeron en la movilización, se logró una acción en unidad, mostrando el músculo de una sociedad organizada. Sin dudas son este tipo de actitudes las que se necesitan para enfrentar un embate conservador, que lejos de reducirse a la Argentina ya empezó a propagarse por el continente.