REPUDIO AL FALLO DE LA CORTE SUPREMA QUE IMPLICA UN 2X1 EN CONDENAS POR CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD

03/05/2017

jueces

Como si fuera parte de una campaña armada con fines concurrentes, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en fallo dividido con la disidencia de su presidente y uno de sus ministros, se pronunció en un caso particular por la aplicación de “la ley más benigna” -el cómputo de 2 días por uno de prisión preventiva- que implica abrir la puerta para que un gran número de reos por crímenes de lesa humanidad goce de un alivio en sus penas, contrariando el espíritu de inequívoca condena que la democracia argentina ha sentado en estos cuarenta y un últimos años.

Este pronunciamiento es un retroceso en las políticas de Memoria, Verdad y Justicia de los últimos 12 años, un desprecio a la lucha inclaudicable de los organismos de derechos humanos y un hecho que se vincula directamente un el discurso negacionista que se enuncia desde las más altas esferas del Gobierno Nacional, sus respectivos funcionarios y los medios de comunicación hegemónicos que busca tergiversar no sólo el número de víctimas del terrorismo de Estado implementado por la última dictadura cívico militar sino también olvidar los hechos, sus causas y consecuencias a los efectos de lavar las manos manchadas en sangre de una innumerable cantidad de militares, civiles y empresarios que se han beneficiado económicamente durante el proceso.

Reivindicamos el sentir mayoritario de repudiar todo intento de amnistía, reducción de penas, morigeración de condiciones de detención o prisión domiciliaria a quienes han sido condenados en juicios ejemplares, despojados de todo sentimiento de venganza, rigurosamente apegados a las leyes vigentes y a los tratados internacionales. No nos reconciliamos con quienes no se arrepienten ni esbozan siquiera falsas disculpas.

No perdonamos delitos, ni tampoco a quienes los han proyectado y ejecutado. Justicia no es venganza, aun cuando a lxs detenidxs desaparecidxs y asesinadxs por la dictadura no les aplicaron ni la ley más benigna ni ninguna ley.

Como si fuera poco, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), brazo político de la Iglesia conservadora, anunció que en su asamblea plenaria recibirá a familiares de desaparecidos y de represores para iniciar “un itinerario de trabajo sobre el tema de la reconciliación en el marco de la cultura del encuentro”.

Los significantes que vuelta a vuelta se intentan reciclar, a partir de la recuperación de la democracia en la etapa histórica iniciada en el año 1984 en la Argentina, tienen desde la derecha conservadora y desde hace un año y medio desde el gobierno nacional, una dirección clara: tratar una y otra vez de instalar un clima artificial de concordia entre supuestos antagonistas o facciones que tienen, siempre supuestamente, la mitad de la verdad y la justicia cada uno.

Esa construcción teórica busca plasmar en un “acuerdo”, mediado por la CEA, la “voluntad” de dos inexistentes “bandos” que “depondrían” sus aspiraciones de justicia como ofrenda de paz, interpretando como algo dado que en la sociedad existe la idea de “dejar el pasado tranquilo para comenzar a mirar hacia el futuro”.

Muchas veces hemos analizado el tema de la “reconciliación” y en todas hemos concluido que -para comenzar a considerarla- faltan previamente algunos presupuestos básicos. Por ejemplo, en todos estos 41 años no hemos escuchado nunca ninguna vocación reparatoria por parte de quienes han sido condenados por crímenes contra la humanidad. Jamás hemos sabido que los genocidas hayan expresado algún tipo de arrepentimiento y menos una voluntad expresa a favor del “nunca más”. Tampoco hemos recibido, a modo de acto positivo, la información de sus actos, principalmente develar el destino de los detenidos desaparecidos; ni tampoco nos han confesado a quienes entregaron lxs nietxs que se siguen buscando. Desde ya que tampoco nos hemos anoticiado del arrepentimiento de los muchos colaboradores y socios civiles, corporaciones y personas, que participaron de la dictadura y finalmente se beneficiaron con las políticas económicas impuestas a sangre y fuego por el terrorismo de Estado.

Esta farsa que se pretende reciclar buscará una vez más confundir a quienes genuinamente anhelan vivir en paz pero carecen de los antecedentes históricos que les permita juzgar con fundamento y entender que la impunidad de los delitos de lesa humanidad es condición necesaria para su repetición.

Buscarán juntar a supuestos representantes de los grupos antagónicos, (nueva reedición de la teoría de los 2 demonios) familiares de criminales juzgados o condenados con familiares de víctimas (ultraminoritarios dentro de los organismos que luchan por los Derechos Humanos). Pero, sin duda, no podrán engañarnos.¡30.000 compañerxs detenidxs desaparecidxs presente! ¡Ahora y siempre!